Una noche estrellada
Había una vez un gato que se llamaba Andaluz. Ese gato vivía con una veterinaria y también no sabía lo que pasaba en el mundo humano. Una cosa que siempre hacía era que cuando salía la luna y las estrellas se posaba en la ventana a contemplarlas, aunque no sabía lo que eran. Como he dicho antes, no sabía nada, pero Andaluz soñaba con esas luces del cielo (que en realidad eran estrellas), pues le traían suerte porque una vez mirando las estrellas encontró una bola de lana que le encantó. Por eso ahora el gato se cree el más feliz del mundo al ver una noche estrellada.
Eneritz, lH4
1 comentarios-iruskin :
Ze polita Eneritz!!
Jarraitu horrelako istoriotxoak egiten, oso politak egiten dituzula!!
Aupa, aupaaaa zuuu!!!
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